Olvido.

Ella pensaba en el, el pensaba en otra que no era ella, ella soñaba cada noche en volver a besarlo en la comsiura de los labios, el simplemente dormia, ella miraba cada noche las estrellas y pensaba en el, el apenas se acordaba de que la dejo marchar. Ellos aprendieron a no necesitarse, aprendieron a vivir el uno sin el otro, solo había una diferencia, ella necesitaba olvidarlo, el jamás lo necesito.

No es un comienzo, tan solo un principio.

Creo que debo comenzar a escribir  mi historia para acallar a mis demonios interiores y a los fantasmas que atormentan mi alma.

El sol estaba apareciendo desde el horizonte, el tren iba a ponerse en marcha.

Aquella mañana yo había conseguido un sueño, estaba a punto de comenzar una nueva vida, lejos de todos ellos, lejos de la infelicidad que me habían supuesto durante años.

Sonreí mientras miraba como la naturaleza se movía. Bueno, en realidad era el tren, pero ya se sabe, cuando algo se acciona todo lo demás puede variar, y ese es mi consejo para aquellos que vienen de donde yo vengo. Realmente lo único que necesitamos, es que alguien de ahí arriba que nos manipula, ese que decide sobre nuestra vida sin que  podamos evitarlo, sea capaz de accionar algo y así conseguir cambiar lo demás. Esta es la conclusión que he sacado de todo esto.

 Espero acallar a mis demonios y que mis fantasmas esten satisfechos.

Sencillez.

Así se dio cuenta del paso de las cosas por la vida, de que el tiempo tan solo hacia que las carencias dolieran menos, y que por mucho que queramos cambiar el mundo nunca conseguiremos hacerlo a lo grande, por que tan solo ayudamos a las personas cercanas nos damos cuenta de que no merece la pena derramar ni una sola lagrima por motivos sin argumentación, por  que a pesar de lo mal que una persona lo este pasando, siempre hay otra que esta peor,  y esto no nos debe servir como algo en lo que apoyarse para no sentirse mal , si no como un motivo por el que luchar por lo que quieres cuando todo este oscuro , triste y sin vista previa a mejorar.

A partir de ese día recordaría lo que aquel chico, tan hermano como amigo, le  dijo que recordara que la mayor parte de las personas buscan la felicidad a grandes escalas, creen llenar huecos inllevables así, buscan tener una vida perfecta, con todo perfecto, buscan controlar hasta sus sueños más profundos, los del corazón, creen ser así dignos de admiración, y así creen tener algo por lo que ser envidiados.

Ahora bien, ninguna de estas personas han caído en la cuenta  en que la felicidad esta en las pequeñas cosas, como en un regalo. Las cosas que nos llenan realmente las tenemos ante nosotros  casi todo el tiempo, y cuando no las puedas ver, cuando sean invisibles a los ojos,  intocables al tacto, e imperceptible a nuestro oído, cierra los ojos, no toques nada y no escuches nada, tan solo sonríe, sonríe por saber que en algún momento de tu vida hayas tenido a una persona que te quería.

En la oscuridad se haya mi nombre.

-¿Prefieres negarme el derecho de conocerte, de llamarte, de mirarte?
Si, me negastes tu nombre, rechazastes mi voz.
Aprendí a callar, a explusar suspiros tragandome las palabras que jamás me permitieron bocalizar, a vivir en el tormento que suponía olvidar su nombre. El viento lo susurraba al pasar, las olas lo sumergian en la mar, y yo, yo siempre me mantuve en la incertidumbre de la ignorancia.
Acabe por callar mi nombre, sencillamente deje que me juzgaran por mi, no por unas letras, y ahora permito que sean las letras las que hablen por mi, si, pero no le dare paso a las cinco letras que me forman, no es secreto todo aquello que quieras ocultar, si no aquello que niegas aun sabiendo cual es la verdad.